Pocos temas acaparan tanta confusión en el pueblo de Dios como el discernimiento de la voluntad de Dios. Pocas frases se usan con más ligereza que “el Señor me ha dicho”. En este estudio tratamos el tema de la guía de Dios, cómo obtener una dirección fiable en nuestra vida, y cómo tomar decisiones que honren a Dios.
La vida espiritual al igual que la vida física requiere una serie de cuidados y de elementos que impiden su crecimiento, ¿cómo podemos evitar aquello que impide su crecimiento y emplear los cuidados que más le convienen?.
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Amar a Dios y al prójimo son dos caras de la misma moneda, es como la luz y el calor que el fuego da, son cosas inseparables. El apóstol Juan dice: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” 1 Jn 4.20,21.
La Escritura nos advierte de la profunda incoherencia es que amar a Dios y no amar a los demás.
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Con este título prediqué ayer en la iglesia a la que pertenezco: “Creyentes” camino del infierno. Con mucho temor, pero sobre todo con mucha preocupación. El texto que tocaba exponer este Domingo era Mt 7.21-29.
Este año leí un librito que me hizo mucho bien, “El pastor renovado”, un clásico puritano que trata de la importancia de la obra pastoral de visitación y de exposición en privado, de las verdades que exponemos en público. El autor cuenta lo mucho que su iglesia fué bendecida cuando se dedicó a visitar a sus hermanos y repasar con ellos el evangelio de salvación. Una de las cosas que le sorprendió fue que miembros de muchos años no entendían verdades tan básicas como la divinidad de Jesús, o su muerte vicaria. Creo que este librito tiene la misma vigencia hoy en día.
Las razones por las que una persona se une a una iglesia local son muy variadas. También las razones por las que alguien, quizás presionado por una invitación a repetir “la oración del pecador”, la recita, quizás con plena convicción de fe, quizás porque atraviesa graves problemas personales y está necesitado de ayuda, o quizás por salir cuanto antes de una situación incómoda. Hacemos muy mal en ganar almas con poca diligencia y siguiendo “fórmulas instantáneas”, pero hacemos peor asegurándole a un no creyente que está en paz con Dios.
De esto trata mi mensaje, si os interesa aquí podéis seguirlo.
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En este estudio de Nm 32 veremos que:
-Que debemos tomar nuestras decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios y centrados en las promesas de Dios, en lugar de poner los ojos en un mundo que está desapareciendo.
-Que todos formamos parte del pueblo de Dios y que debemos apoyar a nuestros hermanos y el trabajo que Dios nos ha asignado.
-Que nuestras malas decisiones tienen consecuencias y en el pasado tenemos ejemplos que nos ayudarán a no decidir mal.
El extravismo es una enfermedad de la vista que impide una visión correcta de las cosas. A nivel espiritual podemos padecer el mismo tipo de enfermedad: extravismo espiritual, consiste en tener el corazón dividido entre el amor a Dios y el amor al mundo, a nosotros mismos… Esta falta de obediencia afecta a nuestro conocimiento espiritual y nos impide disfrutar del gozo de nuestra relación con Dios.
Hoy en día existe mucha confusión acerca del papel de la Ley en la vida del creyente, ya lo hubo en el primer siglo cuando en el libro de Gálatas Pablo cuenta que algunos judaizantes se infiltraron haciéndose pasar por líderes que venían de Jerusalén.
En el sermón del monte el Señor Jesús habla de la importancia de la Ley y su papel dentro del plan de salvación: Él vino no a eliminarla sino a darle perfecto cumplimiento, y así poder ser el sacrificio perfecto que de una vez y para siempre quitara el pecado de su pueblo.
Decía Martin Lloyd Jones que no se puede entender la cruz sin entender la Ley, en este mensaje hablamos de la Ley en relación a la cruz de Cristo. Espero que sea de gran bendición.
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Uno de los peores y más malvados inventos del ser humano es la religión, un esfuerzo por alcanzar a Dios que sólo te conducirá a la hipocresía o a la derrota, al orgullo y al desprecio a otros. Eso es lo que nos enseña Lucas 18.9-14 en la parábola del fariseo y el publicano.
La religión no ha venido a acercanos a Dios, sino a alejarnos de Él y de otros seres humanos, nada hay tan opuesto al pensamiento de Jesús de Nazaret como la religión. EL mensaje de Jesús era de hecho tan anti religioso que se ganó la enemistad de las personalidades religiosas de la época, y a su vez le ganó la amistad de las personas marcadas socialmente, como las prostitutas y los corruptos.
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