martes, febrero 27, 2024

Glorificar a Dios en toda situación




“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

1 Corintios 10:31 RVR1960


Nuestra idea es que glorificar a Dios es servir a Dios de manera cúltica, por medio de la música o la predicación de la Biblia. Pensamos que aquellos que más glorifican a Dios son los misioneros y los que están implicados en los servicios religiosos, es más, creemos que si alguien aspira a una forma más elevada de servicio, lo ideal sería abandonar su trabajo y buscar una ocupación religiosa. Pero no es así, nuestro texto nos enseña que podemos glorificar a Dios con todo lo que hagamos. Incluso cosas tan sencillas como el comer y el beber.

2. Dar gloria a alguien es exaltar su persona, y darle un tributo excelente. Por ejemplo, damos gloria a un representante de otro país vistiéndonos de gala, ofreciendo un banquete, y dándole regalos magníficos. Por el contrario, nadie pretende honrar a un representante de otro país vestidos pobremente, y ofreciendo una comida sencilla. Ofrecemos lo mejor a quien consideramos que digno de ello. De la misma manera honramos a Dios buscando la excelencia en todo lo que hacemos, porque lo hacemos para Él.

3. Hacerlo todo para la gloria de Dios es buscar la excelencia en el detalle, siendo conscientes de que todo lo hacemos para Dios. Si nuestro trabajo es sencillo, limpiando las calles, buscaremos hacer un trabajo brillante, pensando que ese es nuestro tributo a Dios. Si nuestro trabajo es servir a otros, haremos un trabajo excelente, sirviendo con cuidado y esmero, con entusiasmo y gozo, haciéndolo para el Señor. Dios está interesado en un trabajo excelente. Decía Lutero que un zapatero cristiano no es aquel que escribe versículos en las suelas de los zapatos, sino el que hace zapatos excelentes, porque Dios está interesado en los zapatos, ya que está interesado en nuestro trabajo.

4. Pensamos en lo que no es nuestro trabajo, el resto de nuestra vida, nuestro hogar, nuestras relaciones con otras personas, el uso de nuestro dinero, nuestro descanso, nuestros pasatiempos y cuando comemos y bebemos. Todo debe dar gloria a Dios, buscando la excelencia en todo lo que hacemos. No podemos hacer las cosas con descuido, sino buscando una intención clara: honrar a Dios. La gente que no conoce a Dios pierde el tiempo y se distrae de cualquier manera, nosotros debemos buscar un entretenimiento excelente, de calidad, moderado y que sea una fuente de gozo. Lo mismo en el comer y beber, la moderación honra a Dios, ¿lo hacemos moderadamente? ¿lo hacemos de forma excelente?


jueves, febrero 08, 2024

Libres del temor




Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?

S. Marcos 4:40‭-‬41 RVR1960


El temor y la confianza son cosas diferentes, la fe echa fuera el temor, y el temor echa fuera la fe. Son términos contrarios que no pueden ocupar el mismo lugar. ¿Cómo incrementar nuestra fe? ¿Es posible echar el temor de áreas de nuestra vida controladas por él? Sí, es posible.

2. El temor es irracional, es ignorancia. De hecho la mayoría de nuestros temores son fantasías de cosas que nunca nos ocurrirán. El principal componente del temor es una amenaza indeterminada (no sabemos qué es y eso nos da más miedo). Además, el arma del temor es el control, controla nuestras emociones, controla nuestros pensamientos y daña nuestra fe en Dios, porque le roba poder. Podemos ser libres del temor si quisiéramos.

3. La confianza crece con el conocimiento, el temor crece con la ignorancia. Los discípulos estaban en la barca con el Autor de la vida, el creador de todo, por intimidante que fueran las tormentas del Mar de Galilea, Jesús tiene el control de todo. El mar y el viento le obedecen, ¿por qué temer? es evidente que ellos no conocían al verdadero Jesús. Si tuvieran ese conocimiento hubieran dormido tan tranquilos como Él. La pregunta es ¿realmente conocemos al Jesús revelado o es sólo una pobre comprensión de Quien es Él? Necesitamos con verdadera urgencia adentrarnos en el misterio de Jesús y dejarnos asombrar por Aquel que controla tormentas. 

4. El conocimiento de nuestro Salvador desaloja el temor. Allí donde Cristo reina no hay rebeldes ni opositores. No sólo debemos conocer a Cristo Jesús, debemos someternos a Él, y debemos darle adoración en el altar interior. Un conocimiento cabal de Jesús nos lleva a reconocer su señorío sobre nosotros y a una adoración gozosa. Él es nuestro consuelo, nuestra fortaleza, y sólo si estamos bajo su autoridad estaremos bajo su cuidado. ¿Conoces al Jesús real?


miércoles, febrero 07, 2024

Escándalo




¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?

S. Marcos 2:7 RVR1960


Hoy en día se alaba a Dios por sus muchos beneficios, por la paz que nos da, por la alegría. Pero no se enfatiza lo suficiente el gran hecho central de nuestra salvación: que éramos enemigos de Dios en nuestra mente, que éramos hijos de Ira, y que  Jesús ganó nuestro perdón. En Apocalipsis vemos cómo en el Templo está Jesús como cordero inmolado, y todos cantan alabanzas “al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Ap 1:5). Si en la eternidad se recuerda así al Cordero de Dios, ¿no hemos de recordarlo a diario así? ¿no hemos de recordarnos continuamente qué hijo por nosotros el Salvador al que Dios Padre envió?

2. La autoridad de Jesús es absoluta, total. Alcanza no sólo la creación, sino las prerrogativas de Dios. Jesús resucita muertos, pero también perdona pecados, por eso es normal la pregunta ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios? y de manera implícita la pregunta es: ¿Quién se ha creído que es? Los relatos históricos de Jesús no contemplan la posibilidad de que Jesús sea sólo un hombre, es Dios hecho hombre, y como tal, tiene todo poder, en la tierra, ¡y también en el Cielo!

3. Jesús es la piedra de tropiezo, el mayor motivo de discordia y división, sus enemigos dice: Blasfemias dice. Y es que Jesús rompe cualquier sistema religioso, y cualquier esquema de vida. Hemos intentado contener a Dios en sistemas, pero no podemos controlar a Jesús, Él es incontrolable, no se sujeta a nuestras tradiciones, rompe nuestros esquemas, nos provoca con sus palabras, y desafía todo lo que sabíamos de Dios. Ante Jesús sólo podemos rendirnos y reconocer sus plenos derechos sobre todo y sobre nosotros: Él es Dios.

4. Necesitamos llegar al punto central del problema del ser humano: nuestro pecado. Todo lo que no sea considerar nuestro drama es especular y hacer ejercicios de retórica. El ser humano tiene un problema que ha tenido efectos en toda la creación. Nuestra rebelión contra Dios nos ha dañado severamente, y ha contaminado todo lo que tocamos, el pecado es desobediencia a las normas de Dios, pero también es corrupción, un daño que afecta al funcionamiento de nuestra mente, de nuestras relaciones, de nuestras prioridades y nos lleva al sufrimiento, y todo porque nos hemos alejado de Dios. Nuestro creador es la fuente de todo bien, y nosotros hemos sido tan egoístas para emprender por nosotros la desastrosa aventura de intentar ser Él. Cuanto antes reconozcamos la amplitud y profundidad de nuestro pecado, antes podrá llegarnos la cura.

5. Las sanidades de Jesús eran la evidencia real de que Jesús también puede sanar el alma, limpiándose de la lepra del pecado, dándonos vida espiritual y llevándonos de vuelta a la casa del banquete: a Dios. Jesús es mediador entre Dios y nosotros, la raza caída de Adán. Es por medio de Él que tenemos paz con Dios, la pregunta es ¿quién decimos nosotros que es? ¿Le reconoceremos como Dios y Señor o seremos de los que se escandalizan de Él? ¿Eres de los que han sido sanados por Jesús o de los que le acusan?


viernes, enero 26, 2024

Dios de paz

 

Venid, ved las obras del Señor, que ha hecho portentos en la tierra, que hace cesar las guerras hasta los límites del mundo, que quiebra el arco, corta la lanza y quema los carros en el fuego. «Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra».

SALMOS 46:8‭-‬10 RV2020


Mientras escribo esto se están produciendo varias guerras en el mundo, una de ellas, la que enfrenta a Rusia y Ucrania, tiene visos de estar enquistada, marcando a una generación de familias para siempre. Por otro lado en Nigeria mis hermanos cristianos están siendo masacrados de forma extremadamente cruel. Las guerras no se han detenido desde que Caín levantó la mano contra su hermano para matarle. El siglo XX, en particular, ha sido el más sangriento de nuestra historia, con una cifra de muertos nunca vista. 

2. Cuando el ser humano se apartó de Dios el juicio fue claro: ciertamente moriréis. La muerte ha reinado en los días del hombre, como una especie de faro oscuro que da testimonio de que nos alejamos de nuestro mayor bien: Dios. Nuestro Creador fue nuestra felicidad, nuestro todo. Junto a Él encontramos sentido, propósito y gozo. Y lejos de Él hemos encontrado todo lo contrario. Qué estupidez tan grande es alejarse de Aquel que procura nuestro bien, que es nuestro hogar y nuestro sustento, negarle es negar lo que una vez fuimos, pero podríamos haber sido. 

3. Pero Dios mostró su Gracia enviándonos a un Salvador, ¡y qué Salvador! el príncipe de paz, ¡Dios con nosotros! no lejos de nosotros, sino con nosotros y en nosotros. Este Salvador vino a nosotros ¡y nosotros le rechazamos!, es más, nosotros le matamos. ¡No merecemos este perdón! pero Dios da mayor Gracia. Jesús es nuestra reconciliación, una puerta al perdón. Nuestros crímenes contra Dios no podían quedar sin castigo, y no quedaron sin castigo: Jesús los pagó. 

4. Ahora, este príncipe de paz reina, Él ha derrotado al diablo, a la muerte y a la maldición de Edén. Nuestra sentencia legal ha sido absuelta en Él, por eso necesita buscar nuestro Edén perdido en Jesús, porque Él es nuestro camino de vuelta a casa. Necesitamos ponernos de rodillas y reconocer con claridad nuestras culpas, necesitamos levantar los ojos a este Jesús crucificado y resucitado que es el pago de nuestra desobediencia, y necesitamos ponernos de pie y andar sujetos a Él, reconociendo Su autoridad en cada aspecto de nuestra vida. La paz de Dios entra en nuestras vidas y es anunciada a todo ser humano.

5. Esperamos un día cercano en el que el Príncipe de paz sea manifestado a todos. Este Jesús irrumpirá en la historia, rasgando el velo que separa nuestro mundo caído del mundo espiritual y caerá como un juicio sobre los gobiernos de este mundo para tomar el poder que sólo Él merece. La paciencia de Dios tiene límites, si bien es cierto que estos milenios son una muestra de la amplitud de la misma, Jesús volverá para salvar a los que le esperan. Y nosotros esperamos nuestra completa redención. Y por fin la tierra descansará de la guerra, y este horror sólo será un recuerdo lejano.




miércoles, enero 24, 2024

martes, enero 23, 2024

Urgencia

 


“Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”

S. Mateo 25:6 RVR1960


Las bodas de la antiguedad eran curiosas, los amigos del novio recogían al novio a su casa, y luego, todos juntos iban a la casa de la novia. Aquí Jesús compara la escena de una boda, con la escena futura del encuentro de Él mismo con la Iglesia, en un evento anunciado, profetizado, pero que será inesperado, al no saber nosotros cuando tendrá lugar. 

2. ¿Estaremos preparados? la comitiva de espera está formada por las amigas de la novia, pero el texto nos dice que una parte de ellas son previsoras, y la otra parte no. Se les llama a estas segundas “insensatas”. Aquí la preparación es tener el combustible de las lámparas para poder tener luz, y así estar despiertas, de modo que cuando el novio venga, no se queden dormidas. Los creyentes debemos esperar la venida de nuestro Salvador viviendo vidas que reflejen los valores del Reino de Dios. 

3. ¿Estamos despiertos? Estar despierto, en un sentido figurativo, implica ser consciente de tu condición espiritual, si nuestro amor y celo por el Señor se han enfriado, ¡debemos estar conscientes de ello! si el pecado ha entrado en nuestras vidas, captando la atención de nuestro corazón, ¡debemos estar conscientes de ello!

4. ¿Estamos preparádonos para la larga noche? la espera puede ser larga, y la noche muy oscura. La luz de la Palabra de Dios nos da discernimiento para poder entender los momentos en los que vivimos, cómo debemos actuar, cómo debemos vivir. Prepararse es una acción meticulosa, planificada, intencional. Debemos hacer acopio de aquello que necesitaremos cuando todo se complique, o cuando nuestra fe vaya a ser desafiada. Buscar a Dios no es una opción para el creyente, meditar a fondo y estudiar las Escrituras es una necesidad diaria, así como emplear tiempo en oración, todo ello aviva nuestras almas y nos dará luz en tiempos en los que la espera enfríe nuestra fe. 

5. ¿Nos anima la esperanza? Nosotros esperamos el encuentro con nuestro amado y glorioso Salvador, Jesús. No podemos imaginar lo asombroso y feliz que será ese día. Ese momento marcará el inicio de una nueva época para la humanidad y en particular para la Iglesia. Ese momento será también el fin de nuestros dolores y angustias, pero también el fin de la siembra. Ahora mismo estamos sembrando para recibir en la eternidad, lo hacemos al vivir para el Reino de Dios, al usar nuestros dones y servir a otros. Acumulamos un tesoro espiritual y recompensas futuras, pero esta siembra finalizará. Nos esperarán otros trabajos, de otro tipo con los que servir al Rey, pero sólo ahora podemos ejercitar la fe y la esperanza. Que el Señor encienda nuestros corazones y avive nuestras almas para ser celosos esperando la venida del Salvador. ¡Ven Señor Jesús!




Renovarse Y morir