¡La voz de mi amado! He aquí él viene Saltando sobre los montes, Brincando sobre los collados. (Cantares 2:8 RVR1960)
Todo hijo de Dios ha sido salvado en esperanza, la feliz esperanza de encontrarse con su Amado Salvador. Un día bien cercano oiremos su voz llamándonos a su encuentro. Ese día parecerá que soñamos, de pura felicidad. El nos conducirá a la conclusión de todas las cosas, al cumplimiento de cada propósito divino en El. Una boda, un banquete, un Reino inconmovible. Eso nos espera. Anhelamos oir esa voz.