Ef 6.1-9
Idea
central: Seamos cristianos
llenos del Espíritu Santo, siendo hijos obedientes que honremos a nuestros
padres, y siendo trabajadores diligentes y honestos que cumplen sus
obligaciones como para el Señor.
Introducción.
En el 5.18 se nos mostraba que debíamos ser
llenos del Espíritu Santo, este tema (ser llenos) se sigue tratando de modo que
ahora se nos enseña cómo ser llenos en el entorno de la familia y el trabajo.
A menudo lo peor de nosotros no sale en la iglesia, sino en nuestras casas, o en nuestros lugares de trabajo, cuando la presión y nuestra vieja naturaleza se manifiestan.
6.1-2.
-¿Qué
significa “en el Señor”?, que los padres no sean cristianos no hace diferencia
alguna, significa:
Ø
Que deben
obedecer con la actitud de que están obedeciendo al Señor.
Ø
Que deben
obedecer en todas las cuestiones que estén de acuerdo a la voluntad del Señor.
-Se
dan 4 razones: porque es justo, porque es el primer mandamiento
con promesa, porque te irá bien, y porque serás de larga vida
sobre la tierra.
-Es
justo: la palabra que usa es la misma que en
1Jo 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y
justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”.
-De acuerdo a la justicia de Dios es justo
que obedezcamos a los padres, Dios lo exige, si eres un desobediente estás
siendo injusto, en Col 3.20 se dice que esto es “agradable al Señor”.
-La relación padre-hijo no ha sido ordenada
sólo para los creyentes, sino para toda la humanidad, es una relación que ha
sido establecida por el Señor.
-Es el primer mandamiento con promesa.
-Esto es algo que al Señor le agrada, por
eso premia y promete bendecir a quienes honran a sus padres. ¿Quieres tener
éxito en la vida, recibir bendiciones, prosperar y gozar de la vida?, honra a
tus padres.
-Te irá bien. Hace tiempo vi un
reportaje acerca de indigentes, gente que sufría desgracias y consecuencias de
una mala vida. A veces vemos gente que han vivido rodeados de facilidades, pero
que sus vidas son un desastre, ¿por qué?, no honraron a sus padres, no les
escucharon, no les respetaron.
-Serás de larga vida sobre la tierra. Un pastor y su hijo fueron asaltados por la
guerrilla cuando viajaban en su coche a través de la selva, mientras los
guerrilleros encañonaban al padre y al hijo el hijo estaba diciendo algo,
cuando al fin los soltaron, el padre le preguntó qué decía, el hijo le
respondió que decía “Honro a mi padre y a mi madre, honro a mi padre y a mi
madre”, “¿Y por qué decías eso?”, “Porque así me estaba alargando la vida”.
-Está citando Ex 20.12 “Honra a tu padre y a tu
madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el SEÑOR tu Dios te
da.”
-No sólo se refiere a una vida extensa en el
tiempo, sino a la calidad de esa vida. Es probable que sino supiste amar y
honrar a tus padre, no sabrás honrar a tu esposo/a, a tus jefes, a tus
pastores, ni sabrás relacionarte con tus vecinos y amigos.
-No hay nada más hermoso que poder tener esa
relación de respeto y amor con los padres, poder escucharlos, acompañarlos, poder
compartir los problemas y cargas. Dicen que hay varias etapas en la vida de un
hijo: cuando es un niño su “papi” lo sabe todo, cuando es un adolescente, su
padre “no tiene ni idea de nada”, y cuando ya es adulto, acude a su padre a
preguntarle y a recibir consejo, porque comprende por las cosas que ha pasado.
-Aplicación, por un lado debemos obedecer, y
por otro honrar, ¿cómo lo llevamos a la práctica?.
1) Mostrando respeto y dando honra. Esto se
manifiesta en nuestra forma de tratarles, de escucharles, de dirigirnos a ellos
en público, mostrándoles nuestro aprecio.
2) No utilizando a uno contra otro (6.2 dice
exactamente eso). A veces si lo que te dice tu padre no te gusta, buscas una
segunda opinión con lo que te dice tu madre. Hay hijos que incluso intentan
enfrentar a su padre contra su madre o viceversa para quitarles autoridad y
salirse con la suya.
3) Siendo sabios.
Pro 10:1 Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza para su madre.
Ser sabio es aplicar a la vida real las enseñanzas.
Ser un hijo sabio es ser un hijo que obedece y se deja aconsejar por lo que sus
padres le enseñaron.
4) Aceptar la disciplina. Pro 13:1 “El
hijo sabio acepta la disciplina
de su padre, pero el escarnecedor no
escucha la reprensión”. Cuando te imponen un castigo o te corrigen, debemos
aceptar la disciplina en lugar de revelarnos contra ella, debemos preguntarnos,
¿qué tengo que aprender y que provecho puedo sacar de esta metedura de pata?.
5) Estudia Proverbios. Allí tienes enseñanza
para la vida, tus padres no son perfectos, pero la Palabra de Dios sí lo es, de
modo que lee Proverbios.
PADRES
6.4.
No provocar a ira.
-Padres, queréis la felicidad de vuestros hijos,
que no cometan vuestros errores. Ok. Fenomenal. De modo que los machacáis día y
noche. Anda derecho. Estudia. Arregla tu habitación. Mastica bien. ¿Cómo se
llama el que te llamó por teléfono, qué quería y en qué trabaja su padre?.
-Curioso, que lo primero que diga cuando se dirige
a los padres es que no saquen de quicio a sus hijos. Y es que si para ser hijo
hay que ser sabio para ser padre hay que ser más sabio. Es más, hay que tener
la sabiduría de Salomón, la paciencia de Job, y el sueldo de Zaqueo el
publicano.
-¿Cuál es límite entre la exhortación y ser un verdadero
pesado?. No hay que pedir cosas irracionales, hay que ser sobrio (equilibrado)
en todo:
Ø en
nuestras palabras (el que no es sobrio en sus palabras seguramente le dirá a su
hijo que no vale para nada y cosas así, es decir, dará rienda suelta a su ira en
vez de controlarla en el Señor).
Ø en
nuestros juicios, castigos, etc... hay que saber ser flexibles, sin ser
excesivamente duros ni unos blandengues que ceden ante la cara de corderito
degollado que le ponen sus hijos.
Criad en disciplina y amonestación del Señor.
-Literalmente dice disciplina y “enseñanza”
(advertencia)del Señor.
-Muchos padres de hoy en día, no quieren educar a
sus hijos en esa disciplina e instrucción del Señor, en unos casos por pereza
(es que es muy duro), en otros por abandono (mejor que se ocupen los
profesores, la iglesia o los documentales de televisión). Susana Wesley dijo:
“El padre que le
concede al hijo todos sus caprichos, hace la obra del diablo, hace impráctica
la religión, inalcanzable la salvación, y pone todo de su parte para condenar a
su hijo para siempre”.
-Es un poco duro, pero es terrible descuidar a
nuestros hijos, mirad qué dice Pro 22:6 “Enseña al niño el camino en que debe andar,
y aún cuando sea viejo no se apartará de él.”
-Hay dos factores que debemos tener en cuenta y son
dos aplicaciones a considerar:
1) Tenemos que ser instruidos.
-Para instruir o para enseñar tenemos que aprender
primero. Si no, no tenemos nada que enseñar.
-Reflexionemos, ¿estoy aprendiendo cada día más de
las cosas del Señor?, ¿concedo importancia a los asuntos espirituales por medio
de estudiar la Biblia, asistir a las reuniones y comprarles buenos libros a
Julio y M.del Mar?.
-Tenemos que aprovechar todos los recursos que
tengamos a mano para aprender, para crecer en el Señor.
Tenemos que enseñar.
-La familia es la escuela de las cosas de Dios. La
iglesia, la Escuela Dominical, el grupo de jóvenes o los campamentos cristianos
no están para hacer el trabajo de los padres.
-En los TJ se les enseñaba a los padres a tener
estudios con sus hijos, de la misma manera que tenían estudios con las personas
a las que visitaban puerta por puerta.
Deu 6:7 “y diligentemente las enseñarás a tus
hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el
camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.”
-Mirad qué método de enseñanza más bueno, es el
mismo método que tenía Jesús, enseñanza en medio de la vida cotidiana, hablar
las cosas del Señor mientras caminas por la calle, mientras coméis, relacionar
asuntos y cuestiones que se presentan con la Palabra de Dios.
EMPLEADOS
6.5-8.
Amos terrenales. Que no sean
“amos celestiales” no significa que no tengan autoridad sobre nosotros, la
tienen, y debemos obedecerles, no en asuntos espirituales, sino terrenales. No
pueden pedirnos algo que vaya contra nuestra fe, y nosotros no podemos
desobedecerles.
Con temor y temblor...
Un cliente le decía a vendedor cristiano que le diera más cantidad de lo que
estaba vendiendo ahora que su jefe no miraba, el cristiano respondió “mi jefe
siempre está mirando”.
-Una traducción de la Biblia dice que les tenemos
que ser tan leales como le somos leales a Cristo.
-Tenemos que rendir 60 minutos de cada hora
trabajada, ser honrados con lo que tenemos que administrar. En los avivamientos
de Gales, los trabajadores convertidos, se pusieron a devolver todas las
herramientas que habían ido robando de los astilleros, eran tantas las
herramientas a devolver que llenaron las naves habilitadas para almacenarlas, y
tuvieron que poner un cartel que decía: “SI DIOS LE HA GUIADO A DEVOLVER
HERRAMIENTAS, VUELVA A SU CASA, ESTA EN PAZ”.
-Solemos separar nuestra vida en el Señor y nuestra
vida en el trabajo (la casa se considera también tu lugar de trabajo si eres
ama de casa). Algunos pasan muchas horas en el trabajo y quisieran tener más
tiempo para servir al Señor.... que sepas que tu trabajo es tu lugar de misión
y tu iglesia en la que servir al Señor. Un trabajo bien hecho tiene el mismo
valor para el Señor, da igual dónde esté hecho.
-José fue un profesional de éxito, estudiemos su
vida. Él no era un pelota ni un “trepa”, su meta primera no era ascender hasta
ser vicepresidente de Egipto, sino ser fiel al Señor, costara lo que costara, a
veces fue mandado al paro y a la cárcel por ser obediente a Dios y no adulterar
con la mujer de su jefe, pero el Señor lo prosperó cuando ponía lo mejor de su
esfuerzo e inteligencia en su trabajo, y Dios hizo grandes cosas por medio de
él y por medio de su trabajo. Que nuestra meta primera sea ser fieles a Dios
y poner lo mejor de nosotros en nuestro trabajo.
Mirar por los intereses de nuestro amo.
Pr 27.18 “Quien cuida la higuera comerá su fruto, Y el que mira por los
intereses de su señor, tendrá honra”. Debemos atender los asuntos de nuestros
jefes como si fueran nuestros, así tendremos honra y el daremos un buen
testimonio.
Recompensas (6.8) Un trabajo bien
hecho, con excelencia, con calidad, algo que destaque y que esté hecho con
amor, será recompensado por el mismo Cristo. ¿Sabéis?, en el tribunal de Cristo
va a haber recompensas para los creyentes, para los que ganan almas, para los
pastores que hicieron bien su trabajo, para los mártires que murieron, y para
los cristianos que tal vez no ganaron una sola alma (al menos que ellos sepan),
que no fueron pastores, ni murieron por Cristo, pero que sí hicieron bien
su trabajo, el Señor los va a mirar con orgullo a ellos y les dará recompensas.
JEFES
6.9. Tal vez no haya muchos
jefes entre nosotros, ¿no?, sin embargo esto no quiere decir que no haya
aplicaciones para nosotros.
-En general se aplican las mismas cosas que hemos
dicho de los empleados, con algunas variantes, es decir:
Ø hacerlo
todo como para el Señor, siendo honestos: un jefe tiene más posibilidades de
defraudar que uno que no lo sea, o de hacer acepción de personas, de defraudar
en el tiempo trabajado.
Ø Siendo
diligentes en nuestro trabajo (más aún si no tenemos quien nos supervise),
siendo conscientes de la presencia del Señor.
-Todos tenemos algún grado de responsabilidad en
nuestros lugares de trabajo, aunque seas el último en el escalafón, 1) puede
que trabajes sólo y tu jefe no venga más que de vez en cuando, o 2) puede que
tengas cierta antigüedad en la empresa y siempre tendrás a algún “novato” bajo
tu responsabilidad. Alguien ha dicho que peores que los jefes son los mandos
intermedios, porque son como los que están en la mitad de una escalera llena de
gente, a los de arriba les lamen las botas, y a los de abajo los pisan.
No maltratar, humillar o utilizar a otros y no
hacer acepción de personas.
Ø Ser
justos en el trato con otros, no abusar de nuestra autoridad, ser caprichosos
obligando a otros a cumplir nuestras preferencias. No vengarnos de aquellos por
los que sentimos menos simpatía, perjudicándolos.
Ø Escuchar
con atención las quejas de nuestros subordinados, ser accesibles de forma que
los otros no teman poder abordarnos y hablarnos con franqueza.
Ø Buscar
la voluntad del Señor en nuestras decisiones, de forma que antes de dar un paso
estemos razonablemente seguros de que es lo que el Señor quiere que hagamos y
que es lo mejor para otras personas.
Ø No
poner a la empresa por encima de la persona, dice “sabiendo que el Señor de
ellos y vuestro está en los cielos” 6.9, a veces un jefe puede hacer que la empresa pase por
encima de las personas, tomando decisiones que les perjudiquen, o sean
injustas, hay que ser muy SABIO, por un lado tenemos que mirar por los interese
de nuestra empresa, y por otro por el bien de las personas, busquemos un
equilibrio adecuado.